Amazona
Desde la selva al corazón
Se trata de volver a ti
Cada gota de Setenta Veces Siete lleva la memoria de un territorio sagrado, donde la medicina no viene en pastillas, sino en plantas que escuchan y restauran.
En las profundidades de la selva, donde la sabiduría ancestral se respira en el viento y se bebe en el agua, nacen los secretos naturales que hoy, con respeto y gratitud, compartimos contigo.
No son compuestos creados en laboratorios, sino regalos vivos de la Tierra que han acompañado a generaciones en su camino hacia la sanación integral.
Cada ingrediente que compone nuestra fórmula ha sido seleccionado no solo por sus propiedades medicinales, sino por su historia, su energía y su conexión con la vida misma.
Liana amazónica, Chamomilla, Aloysia, Zingiber son mucho más que componentes botánicos: son guardianes silenciosos que sostienen el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu.
Cuando tomas Setenta veces siete, bebes también la sabiduría de quienes aprendieron a sanar en comunión con la naturaleza.
Así, honramos una medicina que no busca suprimir síntomas, sino acompañar procesos de transformación profunda. Porque dormir bien, sanar la ansiedad y reencontrar la paz interior no es solo cuestión de química, sino de reconexión.
Cada gota es un acto de amor hacia ti mismo y un puente hacia esa memoria sagrada que nos recuerda que el verdadero bienestar nace de la tierra, crece en el alma y florece en el corazón.
Cuatro pilares de bienestar para activar Setenta veces siete

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